Que besen tu calavera
las lentas flores del frío,
oh lejano amigo mío
que me dejaste a la espera.
Sin despedirte siquiera
te marchaste. Ya no importa.
Mira tu vida qué corta
y el dolor qué prolongado,
que yo sigo consternado
por la sangre de tu aorta
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Muchos somos los que aún estamos consternados por la pérdida temprana de tan maravillosa persona. Al menos nos consuela saber que a pesar del tiempo transcurrido sigue vivo dentro de nosotros. Gracias por dedicar algo tan hermoso a alguien que fue muy especial para ti. Te quiere. ARC.
ResponderEliminarGracias, ARC. Suelo acordarme, como bien sabes, de nuestro amigo en estas fechas del anivercario de su muerte.
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