Espejo de soledad
pueblo arriba y pueblo adentro.
Un hombre que va al encuentro
de la hondura y la verdad.
Qué frágil oscuridad
lleva en los ojos despiertos.
Entre tantos desconciertos
sabe ya que no hay distancia
desde el sueño de la infancia
hasta el corral de los muertos.
Es una buena décima esta, sí señor. También la de Jardines del Valle.
ResponderEliminarA Julio Mariscal lo leí hace unos años y me produjo esa impresión que tan bien describes.
Gracias, querido Jesús, en la certeza de que Homero te habrá reportado hoy una grata alegría y un gran éxito. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias por tu visita, tu comentario y tu invitación, José María. Visitaré tu blog con interés. Cordialmente.
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