Fila de ceños fruncidos,
coro de infantiles llantos,
suspiros, duelos, quebrantos
y pucheros entre hipidos.
Ojos tristes y encendidos
que no entienden el regreso.
Me la están dando con queso,
piensan, quizás, tantos niños,
pese a tan grandes cariños,
tanto adiós y tantos besos.
El otro dia te escribí un comentario que no te pude mandar porque me hice un lio a la hora de enviarlo.A ver si hoy tengo más suerte.
ResponderEliminarLa décima de la guarderia está muy simpática pero la que me encantó el otro dia fue la que dedicaste a D.Francisco Navarro.Me la sé casi de memoria.Enhorabuena.
A ver si nos vemos algún dia.Un fuerte abrazo.
Maica, qué alegría tu comentario y verte por aquí. Nos vemos pronto. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEs muy tierna esta décima. Alguien dijo una vez -no sé recuerdo quien exactamente- que nunca menosprecies las lágrimas de un niño pues sufren igual que un adulto. Y es cierto. A veces me ocurre que cuando veo a un niño llorar triste me hace gracia porque me parece TAN DULCEEEEEE, pero es cierto, no se deben de menospreciar sus llantos. Y como dice bien la décima: piensan más de lo que uno imagina "me la están dando con queso por muchas carantoñas que me estén haciendo" -¡pobres!-
ResponderEliminarAdmiro mucho el trabajo de este personal de la guardería, Euclides, dicho sea con algo de buen humor... Un fuerte abrazo.
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