Otra vez en esta
esquina.
La hiedra escala los
muros
copiando los
claroscuros
de la tarde que
declina.
En bandada repentina
alborotan los
vencejos
y en los tímidos
reflejos
de esta luz que ya
se abate
libra, lento, su
combate
el crepúsculo, a lo
lejos.
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