Dios Te Salve,
nacarada,
tenue luz de fin de
mayo,
aureola sin desmayo
y sonrisa en la
mirada.
Dentro siempre,
dentro en cada
latido que se
despacia.
Dios Te Salve,
sombra, acacia,
ruego y nombre que
en los labios
deja siempre los
resabios
y el auxilio de la
gracia.
¡Fantástico!
ResponderEliminarMagnífico ¡¡En las horas de la lucha sé mi consuelo / y al dejar esta vida llévame al cielo ...¡¡
ResponderEliminarMuchas gracias, Antonio. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias, anónimo.
ResponderEliminarPues yo no me explico que estando Fran y Alonso antes que yo, como ahora al seguirte de nuevo estoy detrás de Alonso, jaja...
ResponderEliminarte lo dije, que esto no funciona bien.
Enrique, perdona mi confianza.
Ha sido un placer, espero verte pronto.
Me alegró de verdad conocerte ayer en el recital poético, L.N.J. Tampoco entiendo yo muy bien estas alienaciones de Internet, pero ir dettrás de Alonso es lo normal en automovilismo, así que tampoco aquí tiene mucha importancia... Un abrazo cordial.
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