Llama en la tarde encendida,
mi Cristo entre candelabros,
el que alivia descalabros
y pesares en la vida.
Siempre mi sueño y mi herida
junto a Ti donde Tú fueres.
Señor que en las almas eres
luz, destello, aurora, ocaso
y por Sevilla, a tu paso,
el Cristo de los Javieres.
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Con la Reina...
Hace 2 horas
¡Ay! ignorante de mi, ¡ay! infelice... Resulta que, gracias a la insufrible lluvia que está martirizando este Martes Santo, he tenido ocasión de conocerle, D.Enrique. No sabía que tenía tan cerca un poeta de su talla. ¡Qué maravilla de décimas! ¡Qué gusto recitarlas pausadamente... livando en cada verso todo el sentido, toda la enjundia que destilan! Para mí, hoy, bendita lluvia.
ResponderEliminarQué bien expresa el martirio, anónimo. Usted, como yo, tendría que estar a esta hora viendo cofradías por las calles en lugar de, como sospecho, atento a las televisiones locales. En cualquier caso, muy agradecido por su afectuoso comentario y un abrazo.
ResponderEliminar¡Enhorabuena por esa preciosidad de versos! Consuelan un poco en este Martes Santo tan vacío...
ResponderEliminarGracias, D. Enrique, por su amable y rápida respuesta. No me gusta el anonimato y menos al constatar que está usted atento en la otra orilla. Mi nombre es Antonio García Herrera, soy jubilado y tengo la suerte de poder disfrutar de la poesía, de la música, de la cultura. Además de colaborar socialmente donde puedo, dirijo un coro de canto gregoriano...
ResponderEliminar( www.incoenadomini.com ) Me siento poeta con los poetas y este encuentro de hoy, para mí, ha sido un regalo providencial. Tiene un nuevo lector y simpatizante. Un cordial saludo.
Muchas gracias, Romaní. A ver si se endereza un poco el tiempo y podemos llenar un poco estos últimos días decisivos ese vacío.
ResponderEliminarPues también providencial para mí, Don Antonio, que me ha hecho escuchar esta noche un poco de esa maravilla de hondura y espiritualidad que es el canto gregoriano. Mi más cordial y agradecido saludo.
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