Una anciana con orgullo
-moño blanco y delantal-
siempre en día como tal
invocaba al Santo suyo.
Hoy la vida en un murmullo
me ha recordado aquel rito.
No sé si oración o grito
siempre asociado al asombro.
En su homenaje lo nombro:
San Bartolomé Bendito.
El profundo sosiego de las cosas
Hace 3 días
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