Grandullón –cuarenta años-.
En encajar pieza y pieza
va invirtiendo sin tristeza
su inocencia y sus redaños.
Por la mañana, sus baños
con juvenil alegría.
Luego la monotonía
de esa inocente afición.
Mis versos, de corazón,
van por ti, José María.
El profundo sosiego de las cosas
Hace 3 días
Que bonito detalle, yo nunca tuve paciencia para acabar un puzzle, ni para empezarlo.
ResponderEliminarTampoco yo, Dama, lo cual aumenta si cabe aún más mi admiración por la persona a la que dedico esta décima.
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