El chiringuito que quiero
tiene una mesa vacía,
un balcón que da a la ría
y hasta la arena un tablero;
de año en año un camarero
taciturno aunque cordial
al que parece da igual
con complacida sonrisa
que los clientes, sin prisa,
contemplen el litoral.
El profundo sosiego de las cosas
Hace 3 días
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