viernes, 18 de junio de 2010

Estrella sobre el mar

Diamante refulgente
a años luz de esta mi orilla.
Destello y lumbre sencilla
sobre el arco de mi frente.
En tu brillo, de repente,
sé de mi insignificancia.
Vieja estrella de mi infancia
siempre nueva y siempre igual
sobre este mar inmortal
que desprecia la distancia.

4 comentarios:

  1. Nueva en este blog, de que me dio noticia una amiga, me sumo a sus seguidores admirada de que pueda escribir un poema cada día, sobre todo tan bonitos como los que he leido.

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  2. Muchas gracias a ambas, Rosa, a usted y a su amiga, también invisible amiga mía.

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  3. Me sumo a los comentarios de las décimas pasadas con algunas consideraciones .
    1.-Sobre la de Ribelot,comento que los poetas miran con ojos más misericordiosos a los muertos que los prosistas;en la historia de la literatura los muertos tienen mucho que agradecer a los poetas.
    2.-Admiro la grandeza que ha dado a los toldos y el valor que ha tenido por atacar ese tema tan viciado por el anuncio de Leopoldo.
    me ha gustado la palabra rescoldo, que etimológicamente sería rescaldo, recalentado, pero que la "a" se ha hecho amiquita de la o por el calorcillo, asimilación se llama la cosa.
    3.-Ya he dicho que yo no entiendo de poesía, como decía el Pinto que no entendía de "vestios", pero me ha parecido que al primer verso le falta una sílaba.¿No quedaría mejor con un buen vocativo "Oh diamente..." o expresando la cualidad "De diamante..."?
    la verdad es que la acumulación de brillo,lumbre,refulgente,luz,estrella,destello potencian la décima muy acertadamente.
    Y gracias por la benevolencia con que son recibidas mis impertinencias.

    La Criticadora

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  4. Querida criticadora, gracias por su comentario, como siempre. Creo que tiene razón en sus reflexiones sobre los poetas y la muerte, y agradezco, pues la ignoraba, la etimología de rescoldo (¿de rescaldum? recalentado). No sé si ve usted las televisiones locales sevillanas pero el anuncio de Leopoldo tiene hoy digno sucesor en Toldos Quitasol, anuncio que con pegadiza melodía proclama las bondades de la sombra. Creo que el diamante refulgente es despacioso octosílabo, pero hubiera quedado igualmente bien el "de diamante refulgente" atributivo de la cualidad que usted propone, francamente bien. Veo menos el vocativo "Oh diamante", la verdad, quizás de mayor afectación y menos naturalidad. Esa acumulación de brillo era el objetivo de la décima. No he visto aún impertinencia alguna en sus comentarios, sólo respetuosa franqueza, por lo que no tiene nada que agradecer. Ayer mismo una lectora elogiaba aquí sus comentarios aunque por motivos que ignoro no quedó registrado su comentario.

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