martes, 6 de julio de 2010

Otro día

Julio arriba, brisa abajo,
brisa abajo y julio arriba
va la vida, fugitiva,
afanándose a destajo.
El tiempo es un contrabajo
y nunca un acordeón.
Lo comprende la razón
cuando al vivir otro día
escucha su melodía
por dentro del corazón.

10 comentarios:

  1. Preciosa la décima de hoy, si bien mi razón no alcanza a comprender la metáfora que contiene.

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  2. Que caluroso se nos ha presentado este mes de julio al que hoy dedica la decima. Esperemos que el calor nos de una tregua.

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  3. Gracias, anónimo. No hay en realidad una guía para la comprensión de las imágenes que a veces uno utiliza y queda abandonado a lo que a cada uno sugiera. El acordeón es circular y envolvente, el contrabajo lineal y huidizo. A algo así me refería cuando aludo a que el tiempo es un contrabajo y nunca un acordeón.

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  4. Gracias por la fidelidad de sus comentarios, estimado Roque. La canícula del Sahara bien que se está mereciendo una décima.

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  5. Agradecido siempre por tu generosidad y contento de que sigas leyéndome, Euclides.

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  6. Quizás la vida es fugaz porque cada día tiene su afán.La pretensión mañanera es usar el acordeón y olvidar que existen otros instrumentos más graves,en la orquesta.Después se impone la cruda realidad:algo hay que hacer.Recomiendo aquella máxima que dice que"contemplar cómo los demás trabajan es una manera muy sana de amar el trabajo".Pero además está lo crudo del otro tiempo, pero en el fondo "¿en qué se diferencia el frío del calor?"....Tengo que reflexionar sobre el recuerdo y el olvido...

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  7. Bien, anónimo. Gracias por su interesante comentario de contrarios, pretensión y realidad, calor y frío, recuerdo y olvido, que me ha recordado los versos de un soneto por el que siento predilección:

    La palabra es un ala del silencio.
    El fuego tiene una mitad de frío.

    Cordialmente

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  8. Querido Enrique, me ha maravillado esta poesi'a tuya llena de ima'genes poderosas y profundas. Un fuerte abrazo de tu amigo,
    Javi Barrera

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  9. Grandísima alegría me das con tu comentario, querido Javier. Un fuerte abrazo para ti y para Michelle. Os imagino otra vez en Michigan. Aquí tienes un espacio para recordar Sevilla.

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