Recuerdo cómo aquel día
iba el nácar de tu mano
arrancándole al piano
una vaga melodía.
Me estremece todavía
esa música que suena.
Hoy se repite la escena
y en su belleza me asombro:
Chopin, y sobre tu hombro
los rizos de tu melena.
El menosprecio de lo bello
Hace 36 minutos
Bonita la imagen de una bonita muchacha tocando el piano.
ResponderEliminar